Harta de las infidelidades de su marido, Martha, que lo amaba
obsesivamente, no quería otra cosa que encontrar la manera de poderlo controlar
y tenerlo siempre cerca. Después de semanas de indagaciones fue a dar
hasta Jesús María, en Aguascalientes, donde un "brujo de lujo" le dio
una pócima infalible que pondría punto final a su triste situación: así, su amado
esposo, quedó convertido en tarántula. Desde entonces lo lleva a todas partes
encerrado en una cajita para que no se escape ni aterrorice a nadie. Se ha
hecho costumbre, mientras conduce su coche, sacarlo y acariciarlo
cariñosamente. Por las noches, ya metida en su cama, con un beso deshace el
hechizo y hacen el amor apasionadamente. Satisfecha Martha, antes de
dormir, lo regresa a su arácnida condición con dos besos llenos de ternura.
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